viernes, 9 de enero de 2015

Sentir que el miedo te invade hasta dolerte todo
como si se tratara de una enfermedad.
¿Hasta cuándo voy a padecer de este lloriqueo continuo sin razón?
Siento todo el cuerpo ulcerado.
Las palabras me hacen daño:
las directas, las que trepan árboles,
las que cantan dulcemente mis verdades.
Pero sobre todo las que intentan darme un soporte emocional,
esas son un paliativo que quiero evitar.
Me malacostumbro.
Quisiera quererme lo suficiente como para poder estar sola y ser feliz.

¿A dónde se fue mi espíritu libre?
¿Mis ideales, mis certezas, mis emociones reales?
No sé quién soy, todo lo que deseo está tan lejos.
Soy un títere de nervios que avanza hasta decirse: "esto no es para mí".
Estoy cercada. Tengo este muro de acero.
Sospecho de tus buenas intenciones.
Solo estoy segura de la imposibilidad de tu corazón sincero,
Tengo miedo,
tanto que ya no sé si amo.

No hay comentarios: